domingo, 6 de noviembre de 2016

Mi perro.


Hoy voy a hablaros de mi perro. Es un Fox Terrier, tiene ocho años y se llama Koki.
Koki pasó a formar parte de mi vida por casualidad, no fue algo premeditado. Un día, de buenas a primeras, teníamos en casa con una bolita peluda que no levantaba un palmo de suelo y con más genio que un Pitbull. No tardé en descubrir lo que suponía tener un cachorro y el peligro que corría cualquier cosa que quedara al alcance de sus diminutos y afilados dientes, lo que es salir a la calle mil veces para enseñarle donde hacer sus “cosas” (por suerte, es un chico listo y en enseguida entendió como iba la cosa) y sobre todo, descubrí lo mucho que aportan los perros a tu vida.
Reconozco que no es el mejor educado, el más sociable, ni el más obediente. No me importa, porque me encanta su carácter fuerte, su energía, sus ganas de jugar, lo divertido y cariñoso que es (cuando quiere). La alegría con la que sale a recibirte, la forma en que se acurruca a tu lado en el sofá o la adoración con que te mira, eso, no tiene precio.
Tener un perro implica compromiso, en ocasiones anteponer sus necesidades a las tuyas, darle calidad de vida porque es tu responsabilidad, porque es uno más de la familia.
Y este es Koki:


Si os interesa saber más sobre esta raza, solo tenéis que pinchar en la foto. En la web “Experto animal” os cuentan un montón de cosas sobre los Fox Terrier y otras muchas razas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario